viernes, mayo 30, 2008

Historia del Sello Postal Argentino

La historia postal mundial muestra como cada nación al organizar su sistema de correos, probó distintas alternativas para el pago del franqueo. En la República Argentina esto se produce en el año 1748 con el establecimiento de un correo regular entre Potosí y Buenos Aires. El periodo colonial y las primeras décadas que siguieron a la independencia producida en 1810, se caracterizan por el uso de los "Signos Postales" que indican el lugar de origen del envío y eventualmente su pago previo.

Este sistema implicaba en muchas oportunidades que el pago de la pieza enviada debía ser abonado por el destinatario, pero como éste podía rehusarse a recibirla, en ocasiones volvía al punto de origen y allí se intentaba su cobro. Esta dualidad, se reveló como altamente problemática, no sólo en nuestro país sino también en el resto del mundo. Ya en 1854, año de la organización de los Correos Nacionales, se dispuso que fuera el remitente quien pagase previamente toda su correspondencia. Este sistema no implicó la utilización de timbres postales, debido a que a la correspondencia ya abonada se le aplicaba la leyenda FRANCA, mediante un sello de hierro.

Otros países habían comprobado la utilidad de los sellos adhesivos. Su precursor, Gran Bretaña, emitió en el año 1840 los primeros ejemplares de un penique de color negro y dos peniques de color azul, con la imagen de la joven Reina Victoria. Con el tiempo, estos sellos postales se convirtieron en imprescindibles entre los aficionados y fueron conocidos con el nombre de Penny Black y Penny Blue.

En el año 1843 el Brasil adoptó el sistema del sello postal, mientras que Chile lo hizo una década más tarde. En esos años la Argentina no se encontraba unificada, por esa razón fue la provincia de Corrientes la primera en poner a la venta sellos postales, el 21 de agosto de 1856. Estos tenían el perfil de Ceres, diosa de la agricultura; más allá de su rudimentaria realización , el motivo no podía haber estado mejor elegido, por ser Corrientes parte de una tierra considerada posteriormente como el granero del mundo.

Ese mismo año, el Estado de Buenos Aires que estaba separado de la Confederación Argentina, imprimió unos sellos postales bautizados gauchitos, por valores de cuatro, seis, ocho y diez reales; pero no fueron puestos en circulación, ya que en el mes de julio el gobierno adoptó el peso como nueva moneda.

El 28 de abril de 1858, Buenos Aires que seguía con la misma situación política, imprimió nuevamente sus sellos postales. Esta vez los puso en circulación y la imagen que contenían era la de un sol y un barco de paletas a vapor. Por último, en el año 1862 aparecen las estampillas llamadas escuditos, que contenían el nombre definitivo del país.

Siguió luego una serie de sellos de excelente elaboración. Estaban grabados en acero, reemplazando al cobre utilizado hasta ese momento; las planchas de impresión procedían de Francia e Inglaterra, así como la impresora, las tintas y la perforadora. Su viñeta mostraba la efigie del primer presidente argentino, Bernardino Rivadavia, constituyendo a lo largo del tiempo una emisión clásica de jerarquía internacional.

En cuanto a los primeros sellos conmemorativos, fue el cuarto aniversario del Descubrimiento de América por España, el 12 de octubre de 1892, la ocasión para realizarlos. La emisión estaba constituida por dos valores postales, uno de dos centavos y otro de cinco centavos, ambos de color azul. Comienza así su utilización como una manera de evocar determinados sucesos históricos, culturales o científicos y también mostrar al resto del mundo aspectos interesantes del país.

http://www.correoargentino.com.ar/filatelia/his.php

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